El líder conocido por todos ha partido, su deceso deja el rivereño pueblo al que dedicó la mayor parte de sus esfuerzos sumido en intenso dolor. El Río Grande de la Magdalena perdió el timonel que desde la aurora hasta el atardecer escribía su historia, la cual con la elocuencia propia de su espíritu, con trazos de escritor costumbrista, hacía conocer a propios y extraños. Su entrañable amor por la radiodifusión le permitió dar a conocer en el orden nacional e internacional los sucesos de mayor importancia cuando los medios masivos de comunicación no llegaban a las regiones más apartadas, era el vocero inconfundible, el hacedor de cosas buenas, el interlocutor comunitario ante los diferentes organismos del estado muy digno de imitar por quienes con poco esfuerzo se acercan a remediar una de tantas necesidades planteadas por sus coterráneos, no conoció el límite, cuando de servir se trataba y con el oportuno consejo llegaba al corazón de sus gentes.
Ubaldo Meneses fue un hombre público, trabajador incansable, activo comerciante, ampliamente conocido en el círculo empresarial y político por sus múltiples ejecutorias, generador de innovadoras ideas. Su intelectualidad permitió su amplia relación con los dirigentes nacionales a los cuales presentaba con lujo de detalles las necesidades más sentidas de la región.
El partido liberal pierde a uno de sus altivos defensores, combativo cuando las circunstancias lo exigían, humilde y mesurado la mayor parte de las veces, cuando las aspiraciones por el bienestar general de su terruño se cumplían a cabalidad. La grandeza de su espíritu y la pulcritud en el manejo de los bienes del estado le permitió acceder a diferentes cargos siendo el primer alcalde por elección popular, miembro activo del director liberal y coautor de muchas de las obras existentes en el municipio.
Los que tuvimos el privilegio de conocer su accionar como ciudadano de excelsas cualidades nos permite acercarnos a su tumba a solicitarle al Creador que desde el inconmensurable espacio en donde el alma de los grandes hombres habita, devuelva a nosotros con infinita bondad la necesaria inteligencia para comprender como se puede proseguir por los diáfanos senderos demarcados por el amigo que acaba de partir hacia la eternidad.
No es fácil aceptar la partida de un ser querido y menos fácil puede ser para la familia Meneses Romero conformada por Doña Juana Romero, sus hijos Alfonso, Ubaldo, Fernando, Alberto, Gustavo, Gloria y Sofía, despedir a un padre amoroso, bondadoso, responsable, dotado de un cúmulo de atributos propios de los seres creados por la Divina Providencia para marcar un hito en la historia familiar como lo pudo ser Ubaldo Meneses Bermúdez.
En medio del luctuoso acontecimiento nos unimos con el corazón contrito al inmenso sentimiento de dolor que hoy los embarga, nos acercamos de igual manera como inseparables amigos al pueblo de La Gloria a manifestarle que el pensamiento altruista del ilustre hombre que estamos despidiendo germinará y dará los frutos necesarios si los llevamos a la práctica como era el sueño del convincente pensador.
Paz en su tumba por toda la eternidad
LUBIN BARRERA BUSTOS
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